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Al subir al trono Fernando VI, el marqués de la Ensenada asume y toma definitivamente de todas las riendas del gobierno de España. Junto al inestimable apoyo de Carvajal que mantiene ante el rey su política neutral de pacifismo en una Europa en guerra, Ensenada reordena y organiza con óptimos resultados la Real Hacienda, la Justicia, los sistemas municipales, la gobernación de Ultramar y, sobre todo, la Marina. A propuesta del rey realizó, en los 15.000 lugares con que contaba la Corona de Castilla (entre los que no se cuentan los de las provincias vascas, por estar exentas de impuestos), una minuciosa averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluyendo los censos; incluso de las características geográficas de cada población. Recibe el nombre de Catastro de Ensenada. Además del censo de población y bienes, había que responder a cuarenta preguntas. En Alcalá de la Vega a la pregunta 10 responden:

Goza este lugar de Dehesa de la Hoz, propia de todos los vecinos, que en su comprensión tienen heredamientos ya expresados en sus relaciones, de cuyo pasto también se aprovecha el ganado vacuno y mular, cuyo privilegio al presente no se encuentra, sí  solo el haberla conocido y tenido por tal dehesa, aunque saben que en poder de los factores de dicha dehesa permanece un amojonamiento y apeo antiguo que a pedimento de los heredados se hizo con citación de los lugares circunvecinos y posteriormente un contrato que otorgaron entregando el privilegio a un vecino de Salvacañete para su revalidación en Madrid, cuyo privilegio hizo el rey Alfonso, según consta en los mencionados papeles. La cual dicha Dehesa hay la práctica e vender sus herbajes”.

TEXTO ORIGINAL

(pág 414-415 , ? fotograma 18 )