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LÍMITES DE LOS TÉRMINOS DE DAROCA ENTREGADOS A LOS TEMPLARIOS PARA SU CONQUISTA SEGÚN LAS CARTAS DE DAROCA

Publicado: 28/01/2016

Recordando a Ramón Berenguer IV

 

Este verano pasado pude hacer realidad un deseo. Desde que supe -hace ya mucho tiempo- que el castillo de Serreilla estaba incluido en los límites asignados a Daroca en la primera mitad del siglo XII, quise hacer un recorrido para conocer y visitar el amplio perímetro de sus terminos.

 

En el año 1132 Ramiro II de Aragón concede el primer Fuero de Daroca y en 1142 Ramón Berenguer IV Conde de Barcelona y Príncipe de Aragón renueva el Fuero de Daroca concedido por su suegro de la manera siguiente:

“Ego, comes Raymundus Barcilonensis et princeps Aragone, concedo et otorgo istam cartam et istum forum et quidquid boni invenerint de his decem annis et do illis istos terminos de Vila Feliç ad Altea, a Cemballe, a Cubedo, a Cubillego, a Zafra, a Rodenas, a Sancta Maria , a Castiell Sauib, a Demuz, a Serreilla, ad Alpont, a la Cirab, a Tor Alba, a Montan, a Linares, a Rio de Martin, ad Vesa, a Fonte de Tossos, a Villa Nova, a Longares, a Cosuelda, a Codo, a Miedes, istas prenominatas cum suis terminis. Sunt testes: Lop Lopet, Artal, Arpa, Fortun Aztenaret, Garcia sanz de Vesa, Deus Adiuda, Pedro Martin, señior de Almaçan, Analdus Estopa [nnan], Guillen de [Sobirat] Berenguer de Barcilone, Mir de Luçan, Fortun Garces, maiordomo, Ernes Sanç de Siarç. Sancius Enegones, senior de Daroca, Bernardus, episcopus Cesaraugustanus. Dominante comité Raimundo in Barcilona et in Aragona et in Cesaraugusta. Regnante imperatore Leonis in Toleto et in Soria et in Calaforra et in tota Castella. Facta carta mense novembris, era M C LXXXª.

S [signo] Raimundi Comes. Signum regis [signo] Ildefonsi.

Qui voluerit corrumpere hanc cartam vel confringere rupta sint viscera eius et veniat super illum maledictio Dei et Sante Marie [et omnium ] sanctorum [et sit] male dictus et anatematizatus cum Juda traditore et cum Datam et Abiron in inferno habeat mansionem. Amen.

 

Que significa:

“Yo, Ramón, conde de Barcelona y príncipe de Aragón, concedo y otorgo esta carta y este fuero y cualquier bien que hayan adquirido desde hace diez años y les doy estos términos desde Villafefeliche, Atea, Cimballa,  Cubel,  Cubillejo,  Zafra,  Ródenas,  Santa María de Albarracín,  Castelfabib,  Ademuz, Serreilla, Alpuente,  Cirat,  Torralba,  Montán,  Linares, Martín de Río,  Huesa,  Tosos,  Villanueva,  Longares, Cosuenda, Codos,  Miedes; estos lugares señalados y sus términos. Son testigos: Lope López, Artal, Arpa, Fortún Aznar, García Sanz de Vesa, con la ayuda de Dios, Pedro Martín, señor de Almazán, Arnaldo Estopiñán, Guillén de Sobirat, Berenguer de Barcelona, Mir de Luzán, Fortún Garcés, mayordomo, Iñigo Sanz de Siare, Sancho Iñiguez, señor de Daroca, Bernardo, obispo de Zaragoza. Mandando el conde Ramón en Barcelona, en Aragón y en Zaragoza. Reinando el emperador de León en Toledo, en Soria, en Calahorra y en toda Castilla. Hecha la carta en el mes de noviembre del año 1142.

Signo del conde Ramón. Signo del rey Alfonso.

Si alguien quisiera corromper o destruir esta carta sean rotas sus entrañas y venga sobre él la maldición de Dios y de Santa María y de todos los Santos y sea maldito y anatematizado como Judas el traidor y con Satán y Abirón tenga su morada en el infierno, Amén.”

 

10-08-09

 

Desde Jérica resultó más fácil iniciar el viaje evocando, retrocediendo en el tiempo hasta el siglo XII, a Ramón Berenguer IV y la entrega a los Templarios de unos límites  señalados en Daroca  que debían ser conquistados para abrir la ruta para llegar a Valencia.

Descendimos por el valle que forman las altas y rocosas montañas y por la estrecha y curvada carretera  que conduce a Montán,  en las estribaciones de la Sierra de Espadán, alegre pueblo recostado sobre la montaña y donde un  grupo de casas, apiñado sobre una pequeña colina, forma el barrio de El Castillo y nos señala el lugar preciso donde se asentó la fortaleza árabe que tratábamos de localizar. Ha desaparecido en su totalidad; sólo pueden apreciarse distintos elementos de sus murallas mezclados con la estructura urbana, en especial en sus calles más antiguas.


Siguiendo por este mismo valle de la Sierra de Espadán, dejando atrás a  Montanejos,  llegamos hasta Cirat, alegre pueblo, donde, como vestigio más antiguo,  encontramos la robusta Torre de los Condes de Cirat, en cuyos muros pudimos apreciar  inscripciones latinas con sentencias. Posiblemente, esté asentada sobre las ruinas de su antigua fortaleza árabe o sus piedras le sirvieron  algún  día.


Era la única construcción antigua que encontramos en el pueblo ¿Pudo estar el castillo señalado por R. Berenguer en el lugar que ocupa la torre?

Dando un gran rodeo llegamos a Ayodar y Torralba del Pinar. Da la impresión de una población fortificada, de planta circular, con restos de una sólida muralla de aspecto musulmán con aspilleras. Quedan vestigios del castillo árabe, del que se aprecian restos de murallas entre las paredes rocosas que circundan la colina donde se edificó.

Retrocedimos hasta Montanejos para tomar la carretera que asciende por el valle formado por el río Mijares y pasar por Puebla de Arenoso, Los Cantos, Olba, Fuentes de Rubielos y, una vez superado el largo puerto, llegar a Rubielos de Mora, Mora de Rubielos, Alcaláde la Selva y conseguir por Cedrillas la carretera de Alcañiz para llegar al río Martín donde no pudimos localizar restos de castillos árabes. Tal vez la cita de R. Berenguer se refiera al paso de los límites cruzando el rio y no a la existencia de algún castillo árabe.


8-08-09

En Viver de Río Martín tomamos la carretera que conduce a Belchite para llegar en Cortes de Aragon a la que conduce a Huesa del Comú; donde encontramos los restos de su antigua fortaleza extendidos sobre toda la amplia montañ que custodia a un pueblo con rancio sabor medieval y vestigios de su antigua importancia y jurisdicción sobre varios pueblos de su entorno, sobre todo el gran edificio del medievo que fue un día residencia  del baile y del Concejo.

El Castillo de Huesa del Común, llamado de Peñaflor, se asoma sobre el abismo, entre grandes precipicios, al río Aguasvivas. La construcción se asienta en una elevada cresta calcárea cuyas extrañas formas asemejan tubos de órganos y escamas de un gigantesco dragón. Durante el reinado de Ramón Berenguer IV estas tierras pasaron a dominio cristiano.

Esta villa turulense tuvo, entre otros beneficios, el tener la jurisdicción criminal de los pueblos de Blesa, Muniesa, Josa, Cortes de Aragón, Plou, Maicas y Anadón que formaban el Común llamado de Huesa.

Atrás quedaron Loscos, Monforte de Moyuela, Villar de los Navarros, Herrera de los Navarros y Aguillón para llegar a Tosos, junto al RIO HUERVA, al norte del embalse de las TORCAS, hasta encontrar los restos de su castillo, algo separado del pueblo.