ALACENA
Ramón Gomez García Publicado:
31/01/2019
La sabiduría de Don Niceto Hinarejos Ruiz nos regala una página imprescindible para el correcto conocimiento de un rincón de la actual Provincia de Cuenca dotado de una relevancia histórica descomunal: Alcalá de la Vega, villa alzada en las últimas estribaciones de los Montes Universales, en la Serranía Baja de Cuenca limítrofe con Aragón, el Rincón de Ademuz (Valencia) y, según las crónicas sarracenas, lugar equidistante entre Cuenca, Teruel, Albarracín y Alpuente. Los orígenes de Alcalá de la Vega se pierden en la lejanía de los tiempos en un asentamiento romano-visigodo al Sur de la actual población, en un meandro que forma el río Cabriel donde se asentaba la primitiva Serreilla, lugar escogido por los árabes para levantar su fortaleza de Al-Qala, Q.l.sa.
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Niceto Hinarejos Castillo de Serreilla Gracias, Ramón: No sé catalogar el alcance exacto de tus palabras, sólo sé lo que sé y que pretendo trasmitirlo a quien me quiera oir, libre de fabricadas e interesadas sugerencias capaces de sembrar incertidumbres. Yo no juego con inexistentes realidades, sino con un conjunto de cosas, que allí están, y unos escritos que están presentes para los que quieran ver y mirar: Que los hay quienes no quieren hacerlo desplegando el manto del desprestigio. como si mi misión fuera el engaño. Tú, en cambio, sobre tu cátedra en la vieja Universidad de la nostálgica y querida Salamanca, versado en historias comunes y patrimonios universales, y curtido de experiencias arqueológicas en pueblos y civilizaciones del Mapa-Mundi, por contraste, hace tiempo que me animas y me apoyas. Gracias. Mi edad y los años dedicados al mismo tema te lo agradecen. Un abrazo
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Ramón García Gómez El alcance exacto de mis palabras es simple. Sencillamente reconocer las cosas como son y, sobre todo, lo que entiendo son conocimientos fruto de una investigación rigurosa, firme y consolidada. Como bien dices, Niceto, los documentos, los textos... están para ser leídos y, en cualquier caso, para ser interpretados conforme a la realidad del momento histórico en el que se desarrollan. Pobres de aquéllos que aún teniendo la verdad frente a sí, no sólo no quieren asumirla, sino que, en vez de establecer argumentos (de los que obviamente carecen) que pudieran sostener una posición contraria, se dedican a lanzar acusaciones ad hominem. Pobres de ellos que desconocen que cualquier trabajo serio precisa obligadamente de una metodología, de un contenido y de unas conclusiones que ellos, lisa y llanamente, no saben. Y es que para opinar hay que saber investigar y trabajar con mucho sacrificio y perserverancia, realidades éstas que, para quienes se dedican a arrojar barriles de desprestigio, no van más allá de meras especulaciones -infundadas y desconocedoras de la realidad- que intentan adaptar "turpitudinem causa" a la visión histórica que ellos mismos fabrican. He tenido la oportunidad de leer tu monografía sobre Serreilla, y ciertamente, no puedo por menos de decirte que en ella residen muchos años de esfuerzo y de labor, documentada fielmente, sobre la realidad del momento descrito y fantásticamente delineado su contenido. Allá los "ilustrados" que, ignorantes, reescribirían la historia a su gusto y ya sabemos, que hoy en día, eso de trabajar de forma incesante, rigurosa, persevarante y sacrificada son conceptos que tales "intelectuales" nunca entenderán. Ánimo siempre en MOSTRAR LA VERDAD, que eso es lo que haces. Un fuerte abrazo desde la Universidad de Salamanca que también es tuya.
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